TE ESPERO EL DOMINGO

El fin de semana todos al Monumental.

Editoriales 28/09/2020 Redacción Redacción
Un fanatismo sin igual

Jamás creí que ser hincha de un cuadro de fútbol implicara tanto sentimiento. Jamás entendía por qué todos se morían por ver Fútbol de Primera en la televisión los domingos por la noche. Jamás pensé que unos años más tarde, yo sería parte de ese grupo de televidentes que esperaban con ansias esos domingos para ver el compacto del partido del club de mis amores. Sí, estoy hablando del Más Grande de River Plate.

La locura de este amor nació cuando tenía 11 años y mi vieja me hizo escuchar una tarde de domingo a Atilio Costa Febre. En ese partido River enfrentó a Rosario Central por la fecha 10 de aquel torneo llamado Apertura en el año 2002; La Banda como le solía decir Lito goleó al conjunto de rosarino por 5 a 2. Esa, fue la primera transmisión radial que escuché y el primer contacto que iba a tener con un medio que luego sería un lugar conocido por mí. Ese domingo no lo olvido, y ese relato encendió en mí el deseo de querer ser hincha de River e interesarme por un deporte que creía de bárbaros.

El fanatismo creció fecha a fecha e iba a conocer los llamados “superclásicos”, ese partido aparte que se da entre River y Boca y para al mundo, cosa que iba a suceder en la fecha 14 del Torneo Apertura 2002. Si bien, fue un resultado desafortunado para el Millo, ya que cayó 2 a 1, entendí el sentimiento que provoca ser hincha de un club, esos nervios, ansias, tristeza todo era genuino y real. River se había convertido en mi sangre.

Con el correr de los años, no solo empecé a conocer la historia del club, que nació el 25 de mayo de 1901, si no que además la historia de jugadores emblemáticos y de aquellos técnicos que marcaron para siempre el camino glorioso de River; como la famosa “Máquina” aquella delantera que no perdonaba formada por Juan Carlos Muñoz, José Manuel 'el Charro' Moreno, Adolfo 'el Maestro' Pedernera, Ángel 'el Feo' Labruna (que luego se desempeñó y marcó una historia como técnico)  y Félix 'Chaplin' Loustau, o cómo no recordar jugadores como Sívori, Jose Maria Minella (como jugador y técnico), Amadeo Carrizo, Oscar Mas, Luis Cubilla, Héctor “Bambino” Vieira (entrenador con quién ganamos la primera Libertadores en 1986 y Copa Intercontinental),  Ramon Díaz (no solo fue un destacado jugador, sino que además como técnico ganó la segunda Copa Libertadores 1986), Norberto Alonso, Reinaldo Merlo, Ubaldo Filliol, Américo “Tolo” Gallego, Antonio Alzamedi, Oscar Ruggeri, Nery Pumpido , Enzo Francescoli, Marcelo Gallardo (como jugador y técnico ganó 11 títulos), Hernán Crespo, Ariel Ortega, Fernando Cavenaghi, Javier Saviola, Pablo Aimar, Andrés D’Alessandro entre otros.

Sin darme cuenta, aquel relato que escuché por el año 2002, había generado en mí un fanatismo puro no solo por el fútbol, sino también por River. Y si hay algo que recuerdo, fue la elección que mis viejos me dieron cuando cumplí 15 años: festejar mi cumpleaños en un salón o de ir a ver un Superclásico a la cancha. ¿Y qué opción pude haber elegido? sí, la cancha. Esa sería la primera vez que iba a ir al estadio Monumental, pero no la última. Ese partido jamás me lo voy a olvidar, ganamos 3 a 1 y quitamos el invicto a Boca. Como grité, como canté, como salté hasta si mal no recuerdo lloré. Después del partido, me acuerdo que me vieja y mi viejo, que era de San Lorenzo, me llevaron para la zona de vestuarios. Ahí me estaba esperando Fernando Cavenaghi para firmarme la camiseta y sacarnos una foto. Una locura, pero mis 15 jamás los voy a olvidar.

Video: Fútbol Retro

Y fue en ese momento que supe que quería estudiar Periodismo Deportivo, porque soñaba con seguir y comentar sobre la campaña de La Banda no solo por el torneo local, sino también, en la Copa Libertadores de América. Como juego empecé a tonarme ciertas frases que decía Lito Costa Febre, Macaya Marquez y Araujo. Amaba y soñaba con participar del programa Futbol de Primera, y cuando me queda sola en el cuarto jugaba a presentar los partidos y practicaba algunos relatos.

A medida que transcurrieron los años el sentimiento se hacía más fuerte, y como hincha de River debo decir que pasé por miles de alegrías, tristezas y superclásicos, pero es inevitable no hablar de aquel día que marcó no solo la historia gloriosa, sino que además se había convertido en mi segunda fecha dolorosa. De hecho, recuerdo que el día posterior debía rendir un parcial y no me presenté de la tristeza. Pero con el correr del tiempo me di cuenta que el 26 de junio del 2011 era el camino hacia la redención.

Y no hablo para martirizar a ningún hincha, ya que todos desearíamos poder borrarlo y no solo de la mente, sino también de la historia a aquel acontecimiento. Así es, estoy hablando de cuando perdimos la categoría ante Belgrano de Córdoba. La idea de tomar este hecho es para demostrar que el hincha de River no solo acompañó al equipo, sino que vivió en carne propia la angustia, la desazón y el llanto. El pueblo Millonario y mi alma blanca y roja se había sumergido en el fondo del pantano esperando a ser rescatado. Porque como decimos siempre “en las buenas y en las malas mucho más”.

Entonces, Almeyda se puso la 10 y llevó al equipo a donde pertenecía realmente, que era nada más y nada menos que la Primera División del Fútbol Argentino. Tiempo más tarde, reaparecería un técnico que todos conocimos y con quién siempre tuvimos la gloria. Sí, Ramón Díaz iba a ser el camino de transición. De hecho volvimos a festejar el Campeonato de Transición 2014 goleando a Quilmes 5 a 0 en la última fecha y logramos cortar la racha de 6 años sin ganar un título en Primera División, pero todo sería la antesala a lo que vendría.

A mitad de ese año, hablamos del 2014, llegaría el técnico que reivindicaría al club y al que llamaríamos con el tiempo “Napoleón”. Marcelo Gallardo no solo consiguió levantar a River del fondo del mar, sino que además le dio una identidad al juego, un aire ganador y sobre todo confianza. Siempre generó seguridad desde que sentó en el banco Millonario. Y con cada victoria, con cada superclásico ganado y con cada título me empecé a sentir invencible. Este River no solo ganaba títulos, generaba ilusiones, alegrías, sino que generaba confianza.

Y todo empezó a cobrar más sentido desde que jugamos la Supercopa Argentina en Mendoza con Boca. Ese día sentía que el corazón no iba a aguantar, sin embargo, lo soporté y ganamos 2 a 0. Qué alegría y privilegio es ver a este River. Pero lo que no sabía era lo que me esperaba en la Copa Libertadores de América 2018. El Millo le ganaba a Gremio para ser el primer finalista y del otro lado estaban Boca y Palmeiras. Al terminar el partido de la otra llave me di cuenta de que iba a ver una final histórica. Un River vs Boca en la Libertadores, un acontecimiento que jamás pensé ver. La emoción, el miedo, la tristeza, la alegría, la euforia todo sentimiento pasaba por mi cuerpo. Una de las frases que jamás voy a olvidar es “que la gente crea, porque tiene con qué creer”

Y fue así, jamás dejé de creer en mi equipo, jamás dude lo que era capaz de lograr, jamás voy a olvidar esa final histórica que me tuvo en vilo durante los 90 minutos y que en el tiempo extra me devolvió la vida. jamás olvidaré ese 2018.  

Porque River no solo te da campeonatos, alegrías o tristezas, sino que además te da amigos con quienes compartir momentos innominables, anécdotas, previas, viajes que te quedan grabados en la memoria. Sabés que llega el domingo, te pones la remera y vas a la cancha para ver al Campeón, o te juntas en una casa de alguien para ver el partido. Porque jamás vas a olvidar el camino al Monumental de hecho lo conocés de memoria, porque es tu segunda casa, te imaginás jugando ese partido con los jugadores, te convertís en técnico, diagramás un esquema, viajás con ellos, sos parte de River. Y cuando salen a la cancha a jugar el partido vivís un sentimiento inexplicable, adrenalina, ese no sé qué… Todo eso implica ser Hincha del Más Grande de América.

Feliz día Internacional del Hincha Riverplatense…

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