EL 2020 DE RIVER

Despedimos un año muy particular con el análisis y los números que dejó el equipo de Gallardo.

Llegamos, sí aunque cueste creerlo, al fin llegamos a los últimos días del interminable 2020, y eso solo significa tres cosas: las fiestas de navidad y año nuevo, el insoportable calor, y finalmente, el reflexionar sobre lo que nos deja un año atípico.

Entrando en el terreno deportivo y principalmente en el fútbol, el 2020 será recordado por los hinchas de River como uno donde Gallardo no pudo salir campeón, detalle que desde el debut del Muñeco en el 2014, jamás había sucedido.

El día de hoy estábamos en el grupo de redacción realizando un balance en conjunto sobre el año de River, cuando uno de mis compañeros, Lautaro Botana Castello, mencionó una frase que me encantó y resume a la perfección el 2020 de River: Reinventarse constantemente.

El reinventarse constantemente de Gallardo surge a partir de las lesiones y ventas de distintos jugadores que eran piezas indispensables para el equipo... o eso creíamos. El brillante DT de River nos demostró que no importa cuál sea la ausencia en su equipo, él puede meter mano y adaptarlo para que siga funcionando y dando lucha como nos tiene acostumbrados.

Era enero 2020, River casi sin realizar pretemporada, debía prepararse para las fechas finales de la Superliga, y para hacerle frente al compromiso Gallardo debía de buscar un reemplazante para Exequiel Palacios, que se había ido a Alemania en los últimos días del 2019. La variante que se le ocurrió al estratega millonario fue realizar un cambio de esquema, River abandonaba el tradicional 4-4-2 para sumar a Robert Rojas al 11 titular y convertirlo en un 5-3-2.

Armani; Martinez Quarta, Pinola, Rojas, Montiel, Casco; Pérez, Fernández, De La Cruz; Suaréz y Borré. Ese fue el once titular del millonario durante casi todos los partidos de la Superliga. River encadenó una racha de seis triunfos consecutivos que le permitieron llegar a la punta del torneo y defenderla. Sin embargo en las últimas dos fechas, tuvieron lugar dos encuentros marcados por la mala suerte y, sobre todo, por irregularidades arbitrales.

River y Boca llegaban al final del torneo luchando por proclamarse campeones. En la penúltima fecha los de Gallardo recibían al sorprendente Defensa y Justicia de Crespo, el partido finalizó 1-1 y River mantuvo la punta, sin embargo estaba obligado a ganar en Tucumán para ser campeón. El encuentro de la última fecha vs Atlético también fue empate en uno y River se vio fuertemente perjudicado por el arbitraje. Durante los 90 minutos no se cobraron tres evidentes penales a favor de los milonarios y también se le anuló un gol a Borré por un fuera de juego inexistente. A River se le escapaba el campeonato, y la rivalidad entre la dirigencia riverplatense y la AFA, sumaba el primero de varios capítulos que tendrían lugar en el año.

Tan solo unos pocos días después River se desquitaba ante Binacional, por la segunda fecha de la Copa Libertadores. Los Millonarios conseguían una goleada histórica en lo que terminaría siendo el último partido de River en el Monumental y también el último antes de la suspensión del fútbol por varios meses debido a la pandemia.

El fin de semana siguiente a la aplastante victoria por Libertadores, River tenía un duelo frente a Atlético Tucumán, esta vez por la Copa de la Superliga. El Covid-19 ya estaba haciendo estragos en Argentina y por esta razón D´Onofrio, Gallardo, y todo el mundo River, decidió no presentarse al encuentro para preservar la salud de sus jugadores ante el desconocido virus que estaba castigando a todo el mundo. Dicha decisión, desde luego, cayó mal en AFA comenzando así el segundo capítulo de la rivalidad entre la organización madre del fútbol argentino y el club más grande de la Argentina. Al final no hubo sanción para River, y AFA decidió suspender las actividades debido al virus.

Durante la pandemia, Scocco y Quintero daban un paso al costado. Esto significó la pérdida de dos jugadores que eran siempre una alternativa importante para el muñeco. Seis largos meses debieron pasar para que el plantel de River volviera a las canchas. El marco fue la fecha 3 de la Copa Libertadores y el rival fue Sao Paulo en Brasil. Para ese importante duelo ante los brasileños, Gallardo sorprendió con un nuevo cambio de esquema: afuera Rojas, adentro Julián Álvarez, nacía el 4-3-3.

La nueva formación ofensiva dio resultado y River empató 2-2 en Brasil. En las siguientes tres fechas de Libertadores se conseguirían tres triunfos, dos de ellos por goleada. El intratable Julián Álvarez y el colombiano Carrascal, quien cada vez sumaba más minutos, hicieron que no se sienta la ausencia de Nacho y Juanfer. Pero antes de que tengan lugar los octavos de final de la Libertadores, River se encontró con dos complicaciones: la primera fue la salida de Martínez Quarta, que emigraba a Italia, la segunda tuvo lugar durante la Copa de la Liga Profesional, y es que estos encuentros del fútbol local le advirtieron al Muñeco un problema que ya se había notado en los compromisos coperos: la formación ofensiva dejaba muy desequilibrado el mediocampo. Enzo quedaba solo y los defensores terminaban mano a mano frente a los volantes y delanteros rivales que llegaban con la pelota dominada. Esto llevó al muñeco a equilibrar nuevamente el medio, regresaba el 4-4-2.

Para el partido de ida ante Paranaense, River volvió a los cuatro volantes, Sosa ingresaba por Álvarez. Pero para el duelo de vuelta, Gallardo decidió volver a utilizar el 5-3-2, Robert Rojas volvía a la titularidad y reemplazaba a Sosa. El millonario ganó la serie con un 2-1 global. Para los encuentros por la Copa de la Liga Profesional (Ahora llamada Copa Maradona) Gallardo siguió con sus experimentos, decisión a la que se vio obligado por diversas lesiones entre sus jugadores. El más llamativo de los experimentos resultó ser un Bruno Zuculini desencadenado, el ex Racing ahora pasaba al ataque ¡Y hacía goles!, de esta forma el Muñeco encontró un volante que ayudaba a Enzo en el medio y al mismo tiempo reforzaba el ataque.

Al gran nivel de Zuculini, se le sumó la explosión de Carrascal. El colombiano venía acumulando buenos rendimientos, pero durante los últimos partidos del año se convirtió en el jugador más desequilibrante del equipo. Con una gran solidez tanto en los titulares como en el recambio, River aplastó a Nacional por los cuartos de Libertadores y también consiguió varias victorias en la Copa Maradona que le permitieron terminar primero en su zona, junto con Boca.

27 fueron los encuentros oficiales para River en este año: 20 triunfos, 5 empates y tan solo 2 caídas. Una eficacia del 80,24% y 65 puntos obtenidos sobre 81 en juego.

60 goles a favor y 21 recibidos. Armani mantuvo la valla invicta en 11 oportunidades. Borré fue el máximo artillero con 11 conquistas y los reyes de la asistencia fueron Suárez y Montiel con 7 cada uno.

MONTIEL Y SUÁREZ DUEÑOS DE UN NUEVO RÉCORD

Lamentablemente para cerrar el año, River se topó con una ola de lesiones que amenazan con derrumbar la solidez conseguida en los últimos encuentros. A esto se le suma la sorpresiva salida de Pratto, quien se fue a los Países Bajos. Enorme será el desafío que le espera a Gallardo y sus dirigidos en el inicio del 2021, pero el hincha riverplatense nunca debe dejar de creer, porque es lo que nos enseñó nuestro Napoleón durante todo este tiempo.