¡Feliz cumple, Burrito Ortega!

Hoy cumple 47 años Ariel Ortega, uno de los ídolos de la historia riverplatense, siempre demostrando alegría y potrero en su juego, una gambeta indescifrable y un amante del club como pocos. ¡Gracias Dios por hacerlo hincha de River!

Ariel Arnaldo Ortega nació un 4 de marzo de 1974 en Ledesma, Jujuy. Sin duda, el Burrito, además de ser un ídolo de River, es un personaje muy querido en el fútbol argentino. Con la tranquilidad que siempre lo caracterizaba, y sus gambetas y enganches mágicos logró ganarse los corazones de muchos.

Orteguita siempre tuvo un lugar en el mundo, y ese fue River. Por eso tuvo cuatro ciclos en el club, siempre quiso estar acá. Sin duda, está en la bandera de los ídolos: más allá de conseguir grandes títulos con el club, como la Copa Libertadores 1996 y 6 torneos locales, su amor por el club fue lo que más trasciende.

En todas sus etapas con la banda, aportó distintos condimentos futbolísticos. En la primera (1991-1996) tenía una explosión y una rebeldía dentro del campo de juego que pocos podían parar, algo que le permitió poder llegar a la selección donde heredó la 10 de Maradona en un mundial: Francia 1998 y hasta reemplazarlo en 1994. Para el Diego esto fue un gusto, ya que lo admiraba mucho.

Luego de emigrar a Europa y no sentirse muy cómodo volvió en el 2000, para jugar durante dos años y ser el líder futbolístico de un equipo lleno de jóvenes promesas como Saviola, Aimar y D'alessandro, formando "Los Cuatro Fantásticos" (Ortega, Aimar, Saviola y Angel). Consiguió el Clausura 2002 teniendo un juego realmente bueno y mostrando nuevamente que era un jugador con estirpe y categoría riverplatense.

Su tercera etapa se da tras tener algunos problemas con el Fenerbahce turco y volver al país para jugar en Newells Old Boys hasta el 2006, donde vuelve a ponerse la camiseta del Millonario hasta 2008. Logrando el Clausura de ese año, teniendo un rol un poco más retraído y de asistidor hacía sus compañeros, complementó una gran dupla con Buonanotte.

Ya en el 2010, sería su último paso por el club, donde mostró pinceladas de su calidad en varios partidos. Pero tras tener desencuentros con los dirigentes y técnicos de turno, no lo tuvieron en cuenta y lo dejaron sin poder retirarse en el club, con la excusa de sus problemas personales y la falta de compromiso con los entrenadores.

Ariel Ortega siempre quiso a River, y por eso es que la gente le tiene tanto cariño. Con una despedida en el club, que solo pocos tienen, el jujeño se pudo despedir de un Monumental repleto dejándonos una última frase: "Gracias Dios por hacerme hincha de River". No solo se lo agradece el Burrito, sino que lo hacemos todos.