González Pirez, el respaldo de Gallardo y una situación compleja

El regreso del marcador central causó una enorme sorpresa, aunque con la esperanza puesta en que el

Editoriales 21/03/2022 Germán Balcarce Germán Balcarce

El regreso del marcador central causó una enorme sorpresa, aunque con la esperanza puesta en que el técnico lograra sacar la mejor versión de él. Sin embargo, el panorama continúa siendo adverso.

Está en el ojo de la tormenta. Es el primero que lo sabe. Aunque recibió públicamente el respaldo de Marcelo Gallardo, Leandro González Pirez atraviesa horas difíciles. Si bien después del error grosero que permitió el gol de Sebastián Villa logró recomponerse, el marcador central hasta entonces sabía que había muchos minutos por delante. Podía reivindicarse con un gol, con una salvada sobre la línea, pese a que no fue suficiente, o principalmente si River conseguía el empate. Como nada de eso sucedió, hoy el panorama es demasiado adverso para el jugador que retornó a Núñez tras casi ocho años luego de mostrar un buen rendimiento en Atlanta United, entre otros equipos.

Cuando surgió su nombre como una posibilidad para volver, nada menos que el 28 de diciembre pasado, parecía una broma propia del Día del Inocente. Tres días después, en vísperas de Año Nuevo, trascendía lo que en enero se hizo formal: el regreso a River, el club donde se formó en las Divisiones Inferiores. Sin parámetro inmediato en las tribunas, el único termómetro para comprender a escala la reacción de la gente estaba en las redes sociales, lugar en el que había un cóctel entre rechazo, expectativa positiva e incredulidad ante el pedido de Gallardo para incorporarlo.

Resistido en su etapa anterior, especialmente por el penal totalmente innecesario frente a Boca en el Superclásico del inesperado 2-2, González Pirez volvió con madurez. Evolucionó gracias a la edad y también exhibió muestras de serenidad en el primer amistoso que afrontó en el estadio Monumental. La imagen que dejó fue muy diferente a la que había tenido en el ciclo pasado, cuando terminó entrenándose aparte del plantel profesional, relegado hasta entonces por Ramón Díaz, mientras el Muñeco comenzaba su largo camino como DT de River.

Sin embargo, en el medio de un nivel interesante, con movimientos propios de un zaguero a la altura de la demanda de River, González Pirez cometió errores puntuales que empezaron a inclinar la balanza de forma negativa. Desde la acción previa al penal que Franco Armani atajó ante San Lorenzo hasta la equivocación que definió buena parte del Superclásico. Señales que, desde luego, son preocupantes. Más allá de haber tenido seguridad en el juego aéreo, firmeza en los duelos mano a mano y buena salida con la pelota, el defensor de 30 años quedó envuelto en una situación compleja.

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Puertas afuera, Gallardo apoyó al Cabezón. Ni siquiera dudó. "Yo defiendo a mis jugadores. Y en el error, más todavía", sentenció el DT, en lugar de exponer al zaguero tras una seguidilla de preguntas al respecto. El problema radica en que posiblemente González Pirez sea suplente cuando River visite a Defensa y Justicia el 2 o 3 de abril porque a esa altura David Martínez ya debería estar recuperado de la distensión que sufrió. No será una salida por bajo desempeño, sino por la solidez que aportó el zurdo. Aun así, quedaría sembrado el interrogante en torno a qué hubiera pasado. Conjeturas que serán inevitables, pero con antecedentes que avalan la sinceridad de Gallardo: basta con recordar el enorme respaldo que le dio a Milton Casco en las circunstancias de mayor cuestionamiento.

Lo cierto es que hoy la situación de González Pirez es compleja. Básicamente porque deberá trabajar en el aspecto anímico. Dio muestras de entereza después del error, aunque hasta entonces el partido le daba margen para torcer el rumbo.

Ahora, con la caída consumada, el contexto es distinto. A favor tendrá el respiro que otorga el parate obligado por las Eliminatorias Sudamericanas y la confianza del DT en él. El semestre es largo y el año está repleto de competencias. El fútbol siempre da revancha. González Pirez la tiene en este ciclo con River cuando daba la sensación que jamás volvería. Depende de él revertir la imagen para darse el gusto de triunfar en el club que lo formó y en el que debutó durante la época más difícil de la historia, un detalle nada menor a la hora de evaluarlo.

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