Un descenso que les duele más a ellos que a nosotros

A once años de aquel duro 26 de junio, el hincha de River ya no muestra su dolor. Lo toma como

Editoriales 26/06/2022 Redacción Redacción

A once años de aquel duro 26 de junio, el hincha de River ya no muestra su dolor. Lo toma como parte de su riquísima historia. El de Boca, no lo entiende y sufre: ya no les queda ni ese argumento.

Hace once años se decretaba el descenso de River. Algo que ni el más pesimista podía creer. Inexplicable. Algo que con el tiempo uno entiende que se veía venir. Pero estábamos ciegos. Eramos River. El más grande de todos. Y eso no nos podía pasar. ¡Cuánta soberbia! La misma que tuvo por aquel entonces quien era presidente de la institución.

El mundo no lo podía entender. ¿Cómo River, el de Labruna, Sívori, Di Stéfano, Alonso, Ortega, Saviola, Aimar, etc etc podía irse a la B? Cuna de cracks. El equipo que cruzó a Europa cuando pocos lo hacían y pisó fuerte. El equipo que pese a estar 18 años sin ser campeón, era, y sigue siendo, el más ganador de todos. ¿Cómo? ¿Por qué?

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Pero no pretendo en estas líneas explicar el descenso de River. Porque ya cada uno sabe cómo fue y por qué fue. Y eso es porque es una herida totalmente cicatrizada. Y, que a la luz de los resultados, de algo no sirvió. No, no voy a caer en la tontera de decir que "nos vino bien descender" porque es mentira. Nunca lo hubiera querido. Pero pasó. Pero cuando pasa algo así, depende de vos qué hacer. O te terminás de hundir, o te levantás.

Y cuando te levantás lo hacés con más fuerza. Y con más sabiduría. Porque ya sabés a dónde te llevan los errores. Ya sabés que no sos el gigante al que "esas cosas no le pueden pasar". Y ahí aprendés. Y masticás esa bronca y mirás para adelante. Porque para atrás se mira solo para aprender. Para adelante es para construir.

El descenso de River: el puntapié inicial

Ese 26 de junio lloré. Si, claro. Y lo hice como pocas veces en mi vida. Pero también algo más me pasó. Recuerdo que no me saqué la camiseta de River por varios días. Dormía con ella y la llevaba a todos lados. Y en la calle no paraba de cruzarme camisetas del Millonario. Y te mirabas con otro hincha pero había una mezcla de tristeza y de orgullo. "Che, acá estoy eh", parecíamos decir con la mirada.

Hace poco leía a Federico Praml, periodista e hincha de River, en su twitter. "Nunca, pero nunca, fui tan hincha de River como cuando nos fuimos a la B, cuando estuvimos en la B y cuando volvimos de la B. Si no la entendés está todo bien, pero no vengas a querer decirme cómo me siento yo por algo que nunca viviste", escribió. Y me quedé mirando el celular cual meme de Capusotto diciendo "Es tal cual". Es que, Fede, estaba expresando exactamente lo que sentí a partir de ese 26 de junio.

Los más hinchas de River

Y si hablamos de "hinchas de River", no podemos dejar de mencionar a Alejandro Domínguez y Fernando Cavenaghi. El Chori y el Cave. Dos nombres que están en la historia grande de River. Dos tipos que nos mostraron eso de ser más hincha de River que nunca. Ellos mismos contaron que solo un par de horas después de consumado el descenso, estaban negociando con su representante para volver.

Y por supuesto también hay que nombrar a David Trezeguet. Aquel que pasó de levantar la copa del mundo a comer bizcochitos con Gustavo Bou y Luciano Abecasis. Una foto que ya es casi un meme para los hinchas. Porque sí, che, hasta nos permitimos reírnos un poco de lo que fue ese 2011-12. Y claro, también Leonardo Ponzio, que sin ser hincha vino en plena B Nacional y se fue como el jugador más ganador de la historia de River.

De Madryn a Madrid

Recuerdo que esa temporada 2011-12 me pasaba que de repente volvía a darme cuenta que estábamos jugando en la B. Cuando nos tocaba ir a canchas insólitas o jugar con equipos que solo sabíamos que existían por el Football Manager. ¡Cuándo nos empató Guillermo Brown de local! Madre mía. Pero sin embargo ahí estábamos. Más hinchas que nunca.

No voy a caer en los slogan de "juntos somos más grandes" ni nada así porque no soy partidario de ellos. Pero sin dudas comenzó a darse una unión a partir de ese momento que parece que nunca va a terminar. Sabíamos realmente que todos teníamos que estar juntos. Y "no alcanzan las tribunas, no alcanzan las entradas" no era un slogan, era la verdad.

Y siguen sin alcanzar. Por eso ahora vamos a agrandar el eterno Monumental para que pase a ser el más grande de sudamérica. Y en estos 11 años que pasaron ganamos infinidad de títulos. Y por supuesto la Copa Libertadores 2018, ante Boca y en Madrid. No voy a enumerar todos las conquistas del Millonario, porque ya lo hizo la twittera Juan Fernanda Quintero en este hilo.

El descenso de River hoy no es un motivo de dolor para nosotros. Nos genera gracia ver al hincha de Boca esforzándose por gastarnos con eso. Dolido, golpeado. No pudieron salir de eso ellos. Es increíble que es algo que parece les duele más a ellos que a nosotros. Y es verdad lo que digo. En estas líneas les conté como lloré por el descenso, y hasta me reí porque Guillermo Brown nos empató de local.

Pero aquel 9 de diciembre de 2018 será para las estadísticas un mero partido. Para el hincha de River la alegría eterna. Para el hincha de Boca un golpe que no saben superar. Porque se nota, eh. Y yo también estuve ahí. Estas líneas no las podía haber escrito hace 8 años. Pero aquella final, fue mucho más que un partido: fue el resultado de todo lo que fuimos haciendo los hinchas y los jugadores. Y ahí, si, perdón, caigo en el slogan pero juntos somos mucho más grandes.

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