Los pibes de River, cortando la racha de 18 años

En un nuevo aniversario del Metropolitano 1975, recordamos la tarde de la consagración ante Argentinos Juniors, con un equipo plagado de pibes por una huelga de jugadores.

Es 1957 y River celebra el Tricampeonato obtenido por el equipo de Minella, dominadores absolutos del profesionalismo, reyes del fútbol argentino. Nadie se imaginaba la enorme nube negra que se avecinaba en el horizonte, una nube oscura que vio como excelentes jugadores del club más grande del país se veían privados de poder gritar campeón, una nube agobiante que llevó a la frustración a millones de hinchas y que parecía interminable.

Un regreso muy esperado

Es enero de 1975 y Ángel Labruna regresa una vez más al club, determinado a ponerle fin a una sequía de vueltas olímpicas que ya estaba llegando a los 18 años, para eso armó un equipo notablemente competitivo y que tenía varias figuras; Fillol, Perfumo, Ártico, Passarella, Juan José López, Mostaza Merlo, Pedro González, Morete, Pinino Más y un tal Norberto Alonso que ya comenzaba a ser ídolo de las masas.

El Torneo Metropolitano estaba compuesto por 20 equipos que se enfrentaban en un todos contra todos de dos ruedas, un total de 38 fechas que debían disputarse a lo largo de 6 meses. En la primera vuelta River fue imparable y el hincha Millonario, ese fiel hincha que soportó años de frustración, comenzó a ilusionarse con poder gritar campeón una vez más.

La segunda rueda encontró a un River menos eficaz, gran parte de esto se debió a una sanción de 6 fechas al Beto Alonso, que venía manejando un nivel escandaloso. Una vez el 10 de River regresó, también lo hicieron los buenos resultados, el sueño del campeonato estaba cerca, quedaban pocas fechas y los dirigidos por Labruna estaban punteros, pero entonces la nube negra apareció una vez más y con ella, todos los fantasmas.

Huelga de jugadores

A tan solo dos fechas de la finalización del torneo y con la oportunidad de salir campeón en la cancha de Vélez, estalló de golpe una huelga protagonizada por Futbolistas Argentinos Agremiados, los motivos de dicha protesta nunca quedaron del todo claros, aunque en opinión del Beto Alonso la razón fueron los celos de ex jugadores del club que no querían que El Más Grande diera la vuelta. La AFA no suspendió el Metropolitano y siguió adelante con la fecha 37 del torneo.

Héroes anónimos, los pibes de River

Es jueves 14 de agosto de 1975, el estadio Amalfitani está lleno y expectante, el local Argentinos Juniors, recibe a River que puede cortar una racha de 18 años sin campeonatos. En el banco millonario se sienta Federico Vairo, histórico entrenador de las inferiores. A la cancha salen 11 jugadores reclutados de la cuarta y quinta categoría, varios de ellos ni siquiera habían debutado.

Las caras desconocidas que estaban representando a River eran; Alberto Pedro Vivalda; Orlando Ponce, Luis Alberto Jometón; Rodolfo Luis Rafaelli, Héctor Norberto Bargas (reemplazado por Sergio Gigli), Fernando Zappia (capitán); Leonardo Labonia, Rubén Mario Cabrera, Ramón Orlando Gómez, Rubén Norberto Bruno, Francisco Groppa (luego ingresó Luis María Giménez).

La nube negra se mostraba imponente aquella fría noche en Liniers, pero eso poco le importó a los pibes de River, que como manda la historia, siempre están a la altura de las circunstancias. Con un zurdazo de Bruno a los 24 del segundo tiempo, El Más Grande derrotó por 1-0 al Bicho de la Paternal y entonces las nube oscura se esfumó en medio del delirio y los festejos de millones de hinchas alrededor del país.

La huelga se levantó y River, ya campeón, pudo cerrar el torneo con su plantel profesional en un partido contra Racing. Oficialmente se dice que 80.000 almas llenaron el Monumental para esa celebración y desahogó en el último partido, otros relatos hablan de cifras cercanas a las 100.000 personas. La realidad es que la euforia fue tanta que el juego no llegó a terminarse debido a una invasión de hinchas cuando River ganaba 2-0.

¿Qué fue de los pibes?

Como si fuera un capricho del destino, ninguno de los jugadores que representó a River aquel 14 de agosto de 1975 logró tener éxito en su carrera deportiva, la gran mayoría se retiró a muy temprana edad, como lo fue el caso de Rubén Bruno, el autor de uno de los goles más gritados de la historia del Más Grande colgó los botines con tan solo 24 años.