Hablamos con Magdalena que está viviendo en Bournemouth y aprovechó el partido del City para cumplir el sueño de ver a Julián. La Araña vio la camiseta de River y no dudó en firmarla.

A pesar de la distancia, Julián Álvarez no se olvida de River. Desde que está en el Manchester City habló más de una vez del club, sigue la actualidad y hace poco se hizo presente en la pantalla del Monumental para dejar su mensaje en el homenaje a los campeones del mundo. Este sábado, tuvo una nueva muestra de su amor por River. En la previa al duelo entre el Manchester City y el Bournemouth, llegando al estadio, vio una camiseta de River y se acercó a firmarla.

Cuando el plantel del City llegaba al estadio e ingresaban derecho a las instalaciones sin frenarse, la Araña vio el manto sagrado y se vio obligado a frenar. La encargada de acercarle la casaca del más grande fue Magdalena Brega, una santafesina que está estudiando inglés en el Reino Unido. En River, el más grande dialogamos con ella y nos contó como fue el desenlace de este día inolvidable.

La fanática a la que Julián le firmó la camiseta: "Fue un sueño"

Magdalena, oriunda de Santa Fe, nunca tuvo la posibilidad de vivir un partido en el Monumental y ver jugar a Julián Álvarez, pero las vueltas de la vida la encontraron viviendo en la ciudad donde la Araña iba a hacer su reaparición como titular en el conjunto de Pep Guardiola. Cuando se enteró que el campeón del mundo iba a estar por sus pagos, empezó el operativo para llegar a él.

"Sinceramente estaba siguiendo el partido antes de venirme a Reino Unido. Le pregunté a muchas personas como conseguir entradas, a gente en la calle con la camiseta del Bournemouth, en la escuela, locales de camisetas y demás, pero todos me decían que era imposible", relató. "Entonces, decidí acercarme al estadio para ver si conseguía reventa, pero no conseguí. El estadio es muy chico, tiene capacidad para 16.000 personas". Sin embargo, a pesar de no poder ver el partido, Magdalena no se dio por vencida.

"Me acerqué a una valla y pregunté si iban a pasar los jugadores, me dijeron que a veces sí y otras no, pero me quedé cerca del estadio a ver si conseguía entradas", comentó. Luego, continuó con su relato: "Al rato empieza a haber cada vez más gente cerca de la valla, le pregunté a otro seguridad y me dijo que iban a pasar". El sueño de Magdalena estaba cada vez más cerca.

"Ahí me enloquecí, empecé a pedir permiso a todos hasta que llegó un momento que no podía avanzar más. Quedaban tres personas para llegar a la valla y empiezan a bajar Pep y algunos jugadores. En ese momento, empiezan a gritar '¡Julián, Julián!', vi un huequito y me metí". La Araña estaba a metros y la adrenalina era inevitable. "Ningún jugador había interactuado con ningún hincha, entonces empecé: 'Julián, soy de Argentina, ¡fírmame la camiseta!' Vio la camiseta y se acercó", relató.

El sueño estaba cumplido, el campeón de la copa eterna con River y del mundo con la Selección firmó el manto sagrado y Magdalena se fue con su objetivo cumplido. "En la emoción, lo único que me salió decirle fue 'Sos crack, sos crack, gracias'. Así como me la firmó, me di vuelta y me fui llorando de la emoción. Cinco horas después del partido estaba cenando y seguía sintiendo consquillitas en la panza", finalizó.

La humildad de Julián sigue intacta, con apenas 23 años tiene el cuello lleno de medallas y ya hizo historia, pero sigue siendo ese chico tranquilo de Calchín que demuestra su grandeza dentro y fuera de la cancha.