A pocos días para el debut oficial contra Central Córdoba en Santiago del Estero, una evaluación completa luego de los amistosos de pretemporada. Nombres, esquemas tácticos y las variantes en relación con el ciclo de Marcelo Gallardo.

Las expectativas están renovadas. Hay una mezcla inevitable entre entusiasmo y cautela. Tras la partida de Marcelo Gallardo, los interrogantes son inevitables, pero el comienzo del nuevo ciclo con un plantel conducido por Martín Demichelis es una invitación a mantener latente la esperanza de que River, más allá de los resultados, continúe siendo protagonista sin distinción de rivales ni escenarios. Al menos eso se desprende de los cinco amistosos formales que disputó el equipo con un saldo muy auspicioso, producto de cuatro triunfos y un empate que derivó en caída por penales cuando apenas iban nueve días de trabajo bajo la responsabilidad del nuevo cuerpo técnico.

En principio, está claro que Demichelis comprende perfectamente cuál es la línea a seguir, el modelo que debe sostener River después de ocho años y medio con el Muñeco al frente: el equipo mostró su intención de manejar el ritmo de los partidos con la mira puesta en el arco de enfrente y la ambición de recuperar enseguida la pelota cuando está en poder de los adversarios. Sin embargo, existen matices: mientras la versión de Gallardo era avasallante por momentos, con el flamante DT proveniente de Bayern Munich II la propuesta pasa por ejercer el control del juego a través de la posesión, incluso asumiendo riesgos por demás mediante la salida desde el fondo, un asunto que puede llegar a ocasionar dolores de cabeza.

La adaptación del plantel a la idea de Demichelis

En ese contexto, la premisa fue bien asimilada por el plantel. Los jugadores exhibieron un rendimiento que fue de menor a mayor en los partidos de preparación. Tras el 0-0 ante Unión La Calera el 22 de diciembre pasado, en Villa Mercedes, sin la posibilidad de tener un trámite fluido como consecuencia de las reiteradas infracciones, el 1-0 frente al Monterrey mostró una leve superioridad, aunque sin un fútbol de alto vuelo. La siguiente presentación dejó una clara supremacía para vencer 2-0 a Millonarios, mientras que las dos presentaciones recientes ofrecieron un modelo de River realmente interesante en la parte ofensiva, triunfando 3-0 sobre Vasco da Gama y 3-1 sobre Racing de Montevideo. Amén de los éxitos, un punto a destacar: la solidez defensiva, con buenas intervenciones de los arqueros.

Aunque Demichelis ensayó con diferentes dibujos tácticos, hay dos esquemas que se perfilan para ser los habituales: 4-1-4-1, con Enzo Pérez como capitán y eje del equipo, y 4-2-3-1, teniendo al mendocino junto a otro mediocampista que colabore tanto en la marca como la generación de pases. La referencia de ataque tiene a Miguel Borja, mientras que la apuesta, independientemente de la distribución de los jugadores, indica que siempre habrá extremos: Pablo Solari puede actuar por cualquiera de los costados, en tanto que el rol restante cuenta con varios competidores: José Paradela, la grata sorpresa en cuanto al rendimiento, Franco Alfonso, que ratificó el poder desequilibrante que brindaba en la Reserva, Esequiel Barco, también variante para jugar detrás del 9 colombiano, y Santiago Simón, cuyo nivel quedó lejos del que lo depositó rápidamente en Primera. ¿Ignacio Fernández? Nacho es una fija para ser el cerebro del medio hacia adelante.

Las bajas que no podrán estar en el debut

A todo ese análisis, no se le puede eludir que hay varias bajas por lesiones. Desde un volante de lujo como Nicolás De La Cruz hasta una carta eventual como Matías Suárez, pasando por dos marcadores centrales que supieron ser dupla titular: Paulo Díaz y David Martínez. A contramano de esa situación, dos caras nuevas. El lateral izquierdo Enzo Díaz, uno de los mejores del fútbol argentino hace por lo menos dos temporadas, y el goleador venezolano Salomón Rondón, una garantía desde los números en su carrera como profesional, pero de poco rodaje en el último año y medio.

Al margen de resultados, nombres y funcionamientos tácticos, hay algunos cambios radicales en relación con el ciclo Gallardo. Demichelis prefiere que la pelota parada en contra sea contrarrestada a través de la marca en zona, custodiando espacios en lugar de focalizarse en rivales puntuales. Y cuando ese recurso es a favor, tiene a Emanuel Mammana como arma principal para ganar por arriba. Además, los laterales ya no se proyectan con la banda como hábitat. Estos tienen una nítida tendencia a cerrarse para pisar el área con frecuencia o ser opciones de pases internos.

Hasta ahora, el inicio es positivo. Cuatro victorias en cinco encuentros, con pasajes de buen fútbol en las últimas dos presentaciones, avalan la puesta a punto. Aclarado eso, se acerca el momento de la verdad. La hora de plasmar en la tabla de posiciones todo lo hecho en el verano. River debutará en la Liga Profesional el próximo sábado. Desde las 21.30 visite a Central Córdoba, dirigido por Leonardo Madelón, en el estadio Madre de Ciudades. Pese a las ausencias mencionadas, Demichelis cuenta con un plantel amplio y lleno de variantes. Sabe que luego de la sequía de 2022, su misión principal será que River no solo sea protagonista en cada certamen, sino también que se reencuentre con la costumbre de dar vueltas olímpicas.