El colombiano se refirió a su paso por River, contó cómo se siente en el club y además se mostró con confianza para lo que viene.

Marcelo Gallardo suele sostener a los futbolistas a los que les ve un gran potencial a pesar de que tengan rendimientos irregulares, y el tiempo le termina dando la razón tal y como sucedió, por ejemplo, con el Pity Martínez. Jorge Carrascal es uno de estos casos; el colombiano llegó a River en 2019 y si bien se sabe que tiene mucho para dar, aún no ha podido mostrar esa regularidad que se espera de él, mucho más ahora que lleva la diez en su espalda.

Mientras realiza la pretemporada en Estados Unidos junto al plantel, el mediocampista se mostró con mucha confianza para lo que viene: "Este semestre que viene voy a dar lo mejor de mí. Me gusta hablar en la cancha, y demostrar en el campo. Tener la 10 de River no es fácil, y es un gran desafío para darse cuenta del lugar que estoy. Significa mucho. Me dio mucha confianza para jugar con más ganas, y estoy muy feliz. No es fácil, pero me encanta el desafío. Conozco la historia del Beto Alonso y el Burrito, entre tantos otros, que son unos fenómenos", expresó el colombiano en diálogo con River Monumental Tira.

A su vez contó que se siente muy a gusto en River, donde tiene el apoyo de la gente: "Siempre me sentí bien en River. La gente me brinda mucho cariño. Hay mucha gente buena de verdad, y me pone feliz estar en un grupo tan bueno. Me genera mucha tranquilidad para sentirme bien adentro de la cancha. Somos como una familia dentro del plantel. No le presto atención a las redes sociales, ni a los periódicos ni a los programas de TV. Me alcanza con mirarme al espejo y darme cuenta que estoy haciendo mal las cosas. Pero ahora estoy más tranquilo y tengo otro chip. Todos mis compañeros vienen y me tranquilizan, ninguno tira mala energía, somos familia".

Por último, se refirió a la expulsión que sufrió ante Palmeiras, en el partido de ida por las semifinales de la Copa Libertadores 2020: "Cuando me expulsaron en la Copa Libertadores sé que no es la gente quiere ver de mí. Fue una jugada donde se me fue la cabeza y cometí un error, y por supuesto que esas cosas duelen y lo bajonean a uno. Cuatro veces me fui llorando a mi casa por la tristeza de lo que pasó en la cancha. Yo siento que estoy para más y lo reconozco, pero los jugadores no somos máquinas y tenemos problemas y situaciones complicadas donde no sale nada. Son malas rachas como le pasan a todos los futbolistas. Pero ya pasó, y ahora a poner la cabeza en rendir en esta pretemporada al máximo para darle al equipo lo que necesita", concluyó.