Enzo Pérez es ese adolescente enamorado capaz de exponerse por el amor que siente por River.

¿Me vas a decir que vos nunca hiciste una locura por amor? Cuándo eras más joven y querías impresionar a un chico o una chica, ¿No hacías pavadas como colgarte de algún lado, pese a que te podías caer? O incluso esas locuras de amor que uno hace de chico y ya de viejo no entiende para qué.

Esperar un bondi a la madrudaga en algún lugar desolado, tomarse un tren por horas, tomar frío esperando ese tren o ese bondi, solo para ver un rato a ese chico o chica. Algunos, más osados, pueden afanarle el auto a los padres para ir al encuentro de su amor.

Hay algunas historias de amor con mucha más locura como Romeo y Julieta, o cualquiera de esas películas pochocleras de Hollywood donde el protagonista pasar por mil desventuras hasta lograr estar con su amor. Pero vale la pena el riesgo por eso, o eso es el mensaje que nos dan.

Enzo Pérez es ese pibe que se está cagando de frío en la parada de un colectivo, o que le afanó el auto al padre, o por qué no es Romeo o el protagonista de cualquiera de esas películas.

Enzo hizo su locura de amor. Lesionado y todo, se calzó el buzo, los guantes y se mandó al arco más grande del mundo. Se expuso. A lastimarse más, al ridículo, porque podría haber salido muy mal. Pero lo hizo. Y lo hizo por nosotros. Por todos los hinchas. Porque en definitiva River es pasión, la que le dan los hinchas. Y como el es uno de nosotros, sabe lo que es. Gracias, Enzo, por tu locura de amor. Quedate tranquilo, es un amor correspondido.