El pato volador

Ubaldo Matildo Fillol nació un 21 de julio de 1950 en San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires. Desde la cuna fana de River y socio del club. Un arquero gana partidos, con fuerza en sus piernas, reflejos e instinto. El “Pato” o “Negrito”, como le decían en su barrio, atajaba las pelotas difíciles y no se complicaba en las fáciles.

En el año 1973 llegó a River, tras su paso por Quilmes, Huracán y Racing, para dejar su huella imborrable. Defendió en 404 partidos el arco Millonario, en donde atajó 14 penales. Conquistó 7 títulos con el manto sagrado, entre ellos el Metropolitano de 1975, que implicó la primera conquista de River tras 18 años de sequía. A ese equipo lo dirigía un tal Ángel Labruna, que volvió a su casa con la promesa de salir campeón. Por suerte, Fillol, el Beto Alonso, Perfumo, Pinino Mas, entre otros cracks, le dieron el gusto a él y a todos los hinchas millonarios. 

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Arquero de Selección, de los que hoy en día escasean. Figura de la Argentina campeona del Mundo en 1978, el Pato ocupó el arco de la Selección durante 11 años entre 1974 y 1985. Sumó un total de 58 partidos con la camiseta celeste y blanca y es el segundo arquero con más presencias en la Selección, detrás de “Chiquito” Romero. Un dato no menor es que su única conquista con Argentina la vivió en El Monumental, el patio de su casa, una coincidencia soñada.  

En fin, junto con Amadeo Carrizo, uno de los dos mejores arqueros argentinos de todos los tiempos. Qué privilegio que sean hinchas del Más Grande. Un héroe, un gigante de 181 centímetros, el mejor entre los mejores. Podrá haber arqueros muy buenos, buenos o regulares, pero como Fillol no habrá ninguno. Pónganse de pie y aplaudan al “Pato”, que encontró su casa bajo los tres palos y en el barrio del Monumental.