A 3 años de una remontada Monumental de River

River venía en alza en la Copa Libertadores de ese año, finalizaba primero del grupo C, perdiendo nada más que un partido ante DIM cuando ya estaba clasificado a octavos. En la siguiente instancia se reecontraría con su rival del 2015, Guaraní, a quien vencería en Paraguay por 2 a 0 y empatarían 1 a 1 en Nuñez.

Ya en cuartos de final se enfrentaría a un Jorge Wilsterman que sorprendería dejando en el camino a Atlético Mineiro. El equipo boliviano recibía en la altura al River de Gallardo que ya no tenía su dupla de ataque, Alario-Driussi, y con solamente Ignacio Scocco, llegado en ese mismo mercado de pases, como carta de gol. Sería una presentación fatidica donde el Aviador se puso rápidamente por delante a los 5 minutos de la mano de Edward Zenteno. River salió a buscar el partido teniendo la más clara Scocco que tras un centro se perdió el posible empate abajo del arco. Cristián Machado al inicio de la segunda mitad puso el 2-0 y faltando 9 para el final Gilbert Alvarez pondría el 3 a 0 definitivo.

River volvía con un pie fuera de la Libertadores, con más dudas que otra cosa, un plantel que con varios jugadores sin el nivel como el actual, tal es el caso de Casco, Borré y De la Cruz, decidió ir a buscarlo desde el principio en la vuelta. Y así fue, el pueblo millonario acompañó a Gallardo en un recibimiento que mostraba la fe que tenía y hoy en día tenemos. Así fue como Scocco se redimió convirtiendo un hat trick en los primeros 20 minutos igualando la serie, y Enzo Pérez haría el cuarto tras un pase de Ignacio Fernández.

Ya para el segundo tiempo, Nacho Scocco pondría el 5 a 0 apenas arrancando. Nacho Fernández haría el suyo 7 minutos después, y Scocco cerraría su quinta anotación consagrándose como el jugador de la noche. Pero las emociones no terminarían ahí: 21 minutos, tiro libre para Wilsterman, centro al área de Bergese, que termina despejado por Montiel para la medialuna; Enzo Pérez en una maniobra controla y se deshace de su marca y empieza la corrida más larga de su vida, a la derecha acompañaba Pinola y a la izquierda Scocco, pero él ya lo tenía decidido, dos defensores de Wilsterman intentaban evitarlo pero apenas cruzó mitad de cancha cambió la marcha pasando por el medio de los dos. Siguió corriendo, sabía que era el gol de su vida, el broche de oro para una noche inimaginable. Se acercó al área con un arquero que por compromiso salió a achicar pero el mendocino como si fuese un delantero nato la picó un poco, lo suficiente para vencerlo y culminar una remontada histórica.

Ya pasaron tres años de esa noche de Copa Libertadores épica como nos tiene acostumbrados Gallardo y sus jugadores, que pase lo que pase, sea cual sea el resultado hay que creer, porque tenemos con qué creer. Y ellos demuestren partido a partido que dejan todo en el campo de juego.