EL ANALISIS DE RIVER-GODOY CRUZ

El equipo del Muñeco ganó 1-0 pero sin jugar bien. La figura del partido fue Bologna que atajó un penal. El gol lo hizo el juvenil Federico Girotti. El amor entre River y Mendoza continúa...

El equipo de Napoleón sigue sin mostrar lo que nos tiene acostumbrados, solidez en la defensa, presión ahogadora al rival, encadenamientos de toques que terminan en alguna situación de gol. Por lo contrario, a River anoche se lo vio impreciso y para nada punzante sobre los rivales en varios tramos del partido.

Con 5 de los titulares habituales y las posiciones adaptadas meticulosamente a cada jugador, como fue el caso de Santiago Sosa, quien jugó de zaguero central junto a Pinola y de hecho fue una de las figuras del partido. Y el caso de Ponzio, que estuvo en modo 2015 y jugó un poco más adelantado que el 5 que fue Enzo, en aquel momento lo fue Kranevitter, para interrumpir la salida de Godoy Cruz, que cuando la concretaba, quedaba con mucho campo abierto para jugar con sus juveniles, así fue que se generó un mano a mano de Bullaude que controló Bologna, quien ya habia tapado un tiro a quemarropa por una mala salida desde abajo de Enzo.

El primer tiempo fue muy físico y parado en cuanto a la cantidad de faltas, tanto cometidas como recibidas. El juego de River no se pudo desplegar y arriba se notó a un Pratto no tan fino a la hora de devolver paredes o pases en profundidad para algún "rapidito". El equipo dependió de un Suarez, que tuvo algunas oportunidades pero no pudo concretar. A la hora de la creación se vio a los volantes bien parados pero con equivocaciones en los pases finales y en cuanto a los pasadores se vio a un Casco un poco incómodo por su posición y a un Angileri que cada vez mejora su rendimiento.

Ya en el segundo tiempo fue otro el cantar. Se vio a un GC cada vez más conforme con el empate y a un River más hambriento de una victoria, pero faltaba esa precisión en esos metros finales. El cambio de Carrascal le aportó un poco más de limpieza a la hora de entrar a 3/4 de cancha, sumado esto, al cambio de roles entre Enzo y Ponzio. Si bien al equipo se lo veía mejor que el PT, le faltaba un poco más para romper el arco rival. Hasta que Gallardo movió las piezas, mandó al pibe Girotti por el Oso, y después de una gran jugada de Suarez, Federico la mandó a guardar de palomita en la primera que tocó. El verdadero sueño del pibe.

Párrafo aparte para la actuación del Beto Bologna, figura del partido. Que estuvo muy seguro en el primer tiempo en cuanto a los centros, y tapó un gran remate de Lomonaco. Además, tapó un penal a los 4 minutos del gol de River y pudo aguantar la tromba que se le vino cuando el Tomba salió a buscar con todo el empate.

En resumen, el Millonario ganó y cumplió con el cometido, tal vez no de la manera que solemos conocer, pero el resultado estuvo. Otro factor importante es que sabemos que los que no juegan tanto, tienen ganas de estar y así lo demostraron. En fin, esperemos que la historia de amor entre River y Mendoza continúe por mucho tiempo más...