Enzo Pérez: el recuerdo de Madrid y su amor por el club

El referente de River contó cómo vive hoy haberle ganado la final de la Libertadores a Boca, y qué hubiese hecho en el gol del Pity si estaba en la tribuna como un hincha más.

Enzo Pérez vino a River por amor al club. Dejó de lado todo tipo de oferta del fútbol europeo y la comodidad de vivir en el viejo continente, para ponerse la camiseta del club del cual es hincha. No solo logró vestir el manto sagrado, sino que se ha convertido en uno de los máximos referentes del ciclo de Marcelo Gallardo, y consiguió el gran objetivo de ganar la Copa Libertadores en una final histórica ante Boca.

Hoy, a casi 3 años de aquella conquista, Enzo recuerda Madrid con mucha emoción, como "una fecha patria", pero también reconoce que a veces no cae: "No me cayó la ficha todavía. Lo hemos hablado con los que estuvimos ahí y a todos nos pasa igual. Por vivir tanto el día a día, no te cae la ficha realmente", manifestó el futbolista en diálogo con Olé.

Además, sostuvo: "Ganamos la Copa más importante en la historia de la Libertadores, pero en ese momento lo tomas como algo más. Siempre decimos que cuando dejemos de jugar y nos reencontremos, ahí vamos a tomar dimensión".

¿Cómo hubiese vivido la final si no habría estado como jugador?

"Pienso que si hubiera tenido la posibilidad, habría ido al estadio. Y quizá en el gol del Pity me hubiese metido adentro de la cancha, ja, ja. Pero la verdad es que nunca me he imaginado esa secuencia del partido, la del tercero, si no me hubiera tocado estar ahí como jugador".

Su amor por el club

"Siempre le dije a mi representante: 'Quiero ser jugador de River, nada más'. No me quería retirar sin jugar acá. Quería ponerme esta camiseta y que atrás tuviera mi apellido. No hay cosa más más hermosa".

"Es difícil disociar cuando tenés un sentimiento tan grande, al principio me costó. Mis primeros seis meses en el club fueron más o menos buenos, pero después bajé un poco mi nivel", sostuvo Enzo, y agregó: "Era como que jugaba con una carga en mi espalda. Tenía que salir a la cancha y demostrar mucho más. Marcelo me decía siempre que no me cargara de emociones, que no tenía que demostrar nada. Era como que me autolastimaba. Fueron miles de charlas con Marcelo y con Sandra Rossi, también. Un montón. Los dos me decían que el tiempo que esté en River, lo disfrute. Que el día de mañana no me arrepienta de no haberlo disfrutado"