Demichelis, los cuestionamientos y un análisis complejo

No hay piel entre los hinchas de River y Martín Demichelis. Es imposible medirlo en términos cuantitativos, pero eso marca la realidad. Alcanza con hacer el simple ejercicio de que vos, luego de esta columna, les preguntes a tu entorno riverplatense qué piensa sobre el técnico. Y digo que no hay piel porque desde los resultados es un disparate cuestionar al técnico, quien ostenta un título local, dos superclásicos ganados y un 67 % de eficacia.

Sin embargo, River exige mucho más que ganar. Las formas importan, y mucho. El análisis no se limita simplemente a quedarse con los tres puntos. La vara quedó muy alta luego de los ocho años y medio de Marcelo Gallardo como multicampeón a nivel local e internacional, venciendo a Boca sistemáticamente y logrando hazañas inolvidables como una victoria sin arquero durante los 90 minutos.

Acá no se trata de comparar a Gallardo con Demichelis. Es absurdo e injusto para ambos. Ni siquiera hace falta aclararlo. La obra del Muñeco es casi imposible de igualar o superar. Y Demichelis llegó con un buen respaldo en cualquier encuesta donde participaran los hinchas de River en las redes sociales, parámetro relativo, aunque necesario a la hora de encontrar algún tipo de medida. Pero la situación fue cambiando gradualmente para el DT actual, quien está en el ojo de la tormenta pese a ser el campeón vigente del fútbol argentino y líder de la zona "A" en la Copa de la Liga.

Cuesta creerlo desde las estadísticas, pero Demichelis no convence a los hinchas de River. Y más allá de una cuestión de piel, existen argumentos futbolísticos. Si bien ostenta el récord de la historia del club y del profesionalismo al haber ganado 20 partidos consecutivos a nivel oficial en condición de local, sus decisiones tácticas, estratégicas y de elección de jugadores generan un fuerte rechazo. Acertado o no, siempre hay cuestionamientos al DT.

Como si fuera poco, el famoso cortocircuito con el plantel dejó secuelas. Le hizo perder crédito porque ningún jugador desmintió públicamente las diferencias con Demichelis. Es verdad que eso poco les importa a los hinchas si los resultados positivos llegan acompañados de buen rendimiento, pero la irregularidad actual despierta críticas constantes al entrenador. Algunas son razonables y otras resultan completamente desmedidas. La performance del DT no es un desastre. Tampoco es superlativa. Debe haber equilibrio en la evaluación.

Aclarada esa necesidad de encontrar un punto de equilibrio, Demichelis no convence a la mayoría de los hinchas. Es una realidad palpable en cada mesa de café, en cada charla sobre River. Te pasa a vos, me pasa a mí. Lejos de entrar en una larga lista de aciertos y errores del DT, el objetivo de esta columna es hallar los motivos de una situación de análisis tan complejo.

Insisto que desde las estadísticas es insólita la ola de quejas en torno a Demichelis. Pero guste o no, existe. Y creo que todo se resume a una cuestión de piel, a la mala campaña en la Libertadores, donde más allá de quedar eliminado por penales dejó una pésima imagen en condición de visitante, a la derrota con Talleres en la Copa Argentina, a los cambios tardíos y en algunos casos incomprensibles, al armado del equipo y a un tema para nada menor: el distanciamiento con el plantel, un hecho que después de muchos años puso a River en la agenda mediática durante varios días por un asunto extrafutbolístico, propio de la otra vereda.