El análisis de River-Palmeiras

Con un gran desempeño durante todo el partido, el Millonario ganó 2-0 pero no le alcanzó para ser finalista.

Carácter, buen juego, decisión, efectividad, altura, grandeza y más. Todo tuvo River hoy en San Pablo para poder lograr la épica por las semifinales de la Copa Libertadores ante Palmeiras. Al Millo le faltó muy poquito para revertir la situación, pero el 0-3 en la ida condicionó al equipo de Gallardo y el esfuerzo no alcanzó.

La Banda dominó desde el minuto cero hasta los casi 100 que se jugaron en Brasil, y esta vez pudo ser eficaz de entrada, ya que se fue al entretiempo con un 2-0 que ilusionó mucho. Así y todo, las decisiones del VAR en la segunda etapa no permitieron la gran remontada.

Con el cambio de esquema y los tres centrales en el fondo, River soltó a Montiel y Angileri, intentando ser más profundo por afuera. Si bien Palmeiras intentó tapar esas llegadas, del lado de Montiel River logró acercarse en varias ocasiones al área de Weverton. Las salidas de Díaz le dieron claridad al equipo de Gallardo, y la gran presencia en campo rival de todo el equipo dio sus frutos, ya que a través de un cabezazo de Rojas y el gol de Borré, el Millonario lograba irse al entretiempo 2-0 merecidamente.

Ya en el segundo tiempo, el desarrollo del partido siguió el mismo ritmo, River parado en campo contrario, circulando la pelota con paciencia hasta llegar al área rival. En una gran jugada colectiva llegó el tercero en los pies de Montiel tras un centro de Angileri, pero un offside previo de Borré anuló el empate global. River siguió yendo y lo tuvo en varias oportunidades, incluso después de la expulsión de Robert Rojas, Palmeiras nunca se animó a proponer, y el dominador fue el equipo del Muñeco, también cuando estuvieron 10 contra 11.

Ya en los últimos minutos, River sintió levemente el golpe de las decisiones tomadas entre el árbitro uruguayo y sus colegas del VAR, pero igualmente mantuvo la impronta de ir a buscar el tercero, quizás con más apuros ya que el tiempo corría. Por momentos sin claridad y obligado a apostar al famoso pelotazo a la olla, pero en ocasiones con pelota al piso, el equipo de Gallardo atacó hasta el último suspiro, y así y todo no le alcanzó.

Claramente, la semifinal se perdió en Avellaneda, ya que el Millonario hoy mostró una superioridad inmensa ante el rival de turno. Los soldados de Marcelo Gallardo lo dieron todo y dejaron una gran imagen, la cual es para valorar y agradecer, ya que han representado a River como el club lo merece.