
El Más Grande necesita torcer el rumbo con las definiciones desde los doce pasos porque son altas las probabilidades de ir a ese instancia en la Libertadores.
El ex jugador, técnico y presidente del club volverá al pisar el estadio Monumental nueve años después de haber concluido su mandato al frente de el club.
Editoriales09/02/2023Esta vez dio el sí. A diferencia de otras oportunidades en las que ni siquiera contestó, Daniel Passarella aceptó la invitación de la dirigencia de River para concurrir a un evento que ineludiblemente lo tiene como protagonista por obtener nada menos que dos veces la Copa del Mundo con la Selección Argentina. No solo ocupará el centro de la escena del estadio Monumental por todo lo que representa su imagen al haber sido multicampeón cuando vestía la banda roja a la que defendió como el mejor dentro del campo, sino también porque encabezó una pésima gestión como presidente tras una carrera positiva siendo DT. Son sensaciones encontradas para quienes supieron ver lo mejor y lo peor del Kaiser.
El héroe y villano conviven en una misma persona. Una misma moneda con dos caras completamente opuestas. Y es imposible dividirla. El Gran Capitán y el hombre que no entendió cómo actuar políticamente para impedir el descenso de River increíblemente llevan el mismo DNI. Entonces, según la generación de turno, los sentimientos resultan totalmente distintos a la hora de describir las emociones.
/embed" width="400" height="480" frameborder="0" scrolling="no" allowtransparency="true">/embed" width="400" height="480" frameborder="0" scrolling="no" allowtransparency="true">/embed" width="400" height="480" frameborder="0" scrolling="no" allowtransparency="true">/embed" width="400" height="480" frameborder="0" scrolling="no" allowtransparency="true">/embed" width="400" height="480" frameborder="0" scrolling="no" allowtransparency="true">/embed" width="400" height="480" frameborder="0" scrolling="no" allowtransparency="true">/embed" width="400" height="480" frameborder="0" scrolling="no" allowtransparency="true">/embed" width="400" height="480" frameborder="0" scrolling="no" allowtransparency="true">/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading" data-instgrm-version="14" style=" background:#FFF; border:0; border-radius:3px; box-shadow:0 0 1px 0 rgba(0,0,0,0.5),0 1px 10px 0 rgba(0,0,0,0.15); margin: 1px; max-width:540px; min-width:326px; padding:0; width:99.375%; width:-webkit-calc(100% - 2px); width:calc(100% - 2px);">
Es complejo tomar una dimensión real de lo que genera DAP para quienes no lo vimos en acción, pero imagínense la figura de un jugador consagrado del ciclo Gallardo teniendo el cariño de todos hasta convertirse en el presidente de la institución con el desenlace ya mencionado. Difícil, ¿no?
En ese contexto, surge la pregunta obligada, ¿cómo hay que recibir a Passarella? A partir de ahí, las respuestas van desde quienes desean no tenerlo cerca para evitar un impulso violento hasta quienes consideran que deben aplaudirlo por su obra con los pantalones cortos, pasando por aquellos que anticipan silbidos e insultos o eligen el camino de la indiferencia para no empañar el reconocimiento a Franco Armani y los demás condecorados.
[poll id="13"]
Yo no puedo opinar de Passarella como jugador, pero sé que fue brillante. No hay ningún punto para discutir. Como DT lo he visto dirigir tanto a la Selección como a River, en este último caso iniciando mis coberturas de los partidos sin la actividad de las prácticas. La imagen suya en esa función, aunque fue opaca durante los últimos tiempos, también deja un saldo favorable. Sin embargo, el rumbo cambia radicalmente cuando debo evaluarlo como presidente porque justamente empecé a transitar el día a día de la institución con regularidad en abril de 2010.
Passarella nunca tendría que haber sido el presidente de River, cargo que ostentó desde diciembre de 2009 hasta la última vez que pisó Figueroa Alcorta 7597, en el mismo mes, pero de 2013. No estaba preparado. Y, además, derrumbó su excelente imagen como marcador central. Lo que sucedió ya todos lo sabemos. Y aunque es justo reconocerle el armado del plantel que luego sería multicampeón a nivel local e internacional, el balance de sus cuatro años es claramente negativo porque su soberbia y el enorme desconocimiento en el complejo mundo de la política profundizaron la crisis de River hasta el precipicio impensado, teniendo elemento para evitarlo con solo realizar una serie de llamados en un tono conciliador y lejos de la actitud despectiva que lo caracterizaba.
Ante ese escenario reducido a pocas palabras para no meter demasiado el dedo en la llaga, es una decisión muy personal la postura a tomar el próximo domingo en el renovado y ampliado Monumental. Cada uno actuará de la manera en la que lo sienta, es algo genuino como en cada expresión que involucra sentimientos. En el sector de prensa por supuesto que debo mantenerme ajeno a cualquier tipo de acto reprobatorio, pero tampoco sé si ocupando un lugar en otra zona del estadio elegiría el rechazo abiertamente. Por una razón de edad, no siento identificación con la mejor versión de Passarella. Al contrario, me provoca rechazo, pero también comprendo que River debe dar el ejemplo como institución y no experimentar una situación incómoda en pleno agasajo para quienes merecen aplausos y ovaciones al por mayor.
Fue el mejor defensor de la historia de River. Como DT alternó momentos buenos con malos, pero conquistó tres títulos domésticos al frente del equipo. Luego, siendo presidente, destruyó su imagen y no tuvo la empatía para comprender el dolor de los socios e hinchas en el momento más triste de los colores a los que supo dejar en alto cada vez que se calzaba los botines. Ni siquiera siguió vinculado al club a través de la cuota social. Y a esta altura, da la sensación de que su mejor decisión sería que agradezca la invitación, corriéndose del centro de la escena para que ni él ni nadie tengan que atravesar circunstancias innecesarias en un presente muy diferente al de su última época en la institución, donde nadie reclama su regreso.
El Más Grande necesita torcer el rumbo con las definiciones desde los doce pasos porque son altas las probabilidades de ir a ese instancia en la Libertadores.
Tras la dura caída en Brasil, River quedó al borde de la eliminación ante Atlético Mineiro en las semifinales de la Copa Libertadores. ¿Puede haber una hazaña?
Tras la caída en Mendoza, el DT quedó en el ojo de la tormenta. El equipo no dio señales y en las redes sociales creció el rechazo. ¿Qué pasará el domingo?
Un repaso por la situación de los futbolistas que podrían sumarse al plantel que dirige Gallardo. Desde el caso de Maxi Salas hasta dos jóvenes que interesan.
El marcador central culminará su préstamo el próximo lunes luego de haber arribado en julio pasado, cuando el técnico era Demichelis. ¿Cuántos partidos jugó?
La organización del certamen confirmará durante estos días cuándo se disputará el partido por un lugar en los octavos de final. ¿Cuáles son las fechas posibles?