Tras la dura caída en Brasil, River quedó al borde de la eliminación ante Atlético Mineiro en las semifinales de la Copa Libertadores. ¿Puede haber una hazaña?
Demichelis, entre los resultados y la inexperiencia para manejar el plantel de River
El técnico atraviesa un momento complicado desde hace varias semanas, cuando la relación con una
Editoriales08/09/2023
Germán Balcarce
El técnico atraviesa un momento complicado desde hace varias semanas, cuando la relación con una parte de sus dirigidos empezó a transitar algunas diferencias sobre el modo de conducción.
Me tocó participar de una de las conversaciones en carácter de off the record con Martín Demichelis. Siempre a un periodista le resulta importante conocer el punto de vista que tiene el DT de River sobre las ideas de juego, funciones tácticas de sus dirigidos y diversos asuntos para comprender algunas decisiones técnicas y estratégicas.
Sin embargo, lamentablemente, la charla con Demichelis en la que estuve hace apenas ocho días quedó en el ojo de la tormenta luego de que River perdiera por 2 a 0 contra Vélez por la Copa de la Liga. Contar qué es cierto y qué no sobre lo que trascendió sería un error. Justamente es una forma de preservar la confidencialidad de ese encuentro que tuvo lugar en Ezeiza. No había sido el primero del entrenador con el periodismo durante este semestre. De ese cónclave hubo varias filtraciones antes de que se produjera la siguiente reunión. No hace falta ahondar públicamente en ejemplos.
Demichelis, entre los resultados y las diferencias con el plantel de River
Me cuesta escribir en primera persona. No lo siento. Pero entiendo también que en algunos tramos de esta columna es necesario a la hora de analizar el panorama de River y contextualizarlo en este momento delicado. Un momento delicado por la relación entre varios referentes del plantel y Demichelis. Pero también porque los resultados recientes fueron negativos en un año que desde los números es muy positivo, con partidos de gran nivel en el estadio Monumental, sin olvidar una vuelta olímpica lograda con holgura y ganando el único Superclásico hasta ahora.
Todo eso parece lejano luego de las eliminaciones frente a Talleres e Inter en Porto Alegre. Es fútbol, podía pasar. En todo caso la discusión debe estar puesta en las formas, teniendo en cuenta que River fue muy superado tanto en Mendoza como en Brasil, más allá del maquillaje de la definición por penales después de una actuación demasiado pobre. Y acá hay que detenerse para evaluar la gestión estrictamente futbolística de Demichelis. Si el equipo fue ampliamente más que sus rivales casi siempre que actuó como local, ineludiblemente hay méritos del DT porque encontró un funcionamiento que tuvo entre sus pilares a dos jugadores que hoy están ausentes, tal es el caso de Lucas Beltrán, transferido a Fiorentina, y Rodrigo Aliendro, lesionado.
Aciertos y errores
Aunque la inmediatez de los resultados atenta contra las virtudes de Demichelis, hubo aciertos estratégicos. Supo corregir con sus cambios en varios partidos, siendo Pablo Solari el abanderado. El debate puede girar en torno a si el delantero nacido en la provincia de San Luis debe ser titular. Pero la realidad señala que fue mucho más determinante ingresando desde el banco, al menos en los partidos decisivos. Al mismo tiempo el propio DT tuvo una injerencia adversa cada vez que River jugó como visitante en la Copa Libertadores, equivocando la toma de decisiones, algo que poco a poco se fue trasladando al plano local, contabilizando apenas un triunfo en las últimas 13 ocasiones que el equipo salió de su fortaleza inexpugnable del Monumental.
Podría seguir enumerando diferentes circunstancias vinculadas a lo que sucedió en el campo de juego. Pero el verdadero problema del ciclo Demichelis a corto plazo está fuera del verde césped. Sin entrar en el terreno de la privacidad cotidiana de la convivencia entre el técnico y el plantel, alcanza con citar situaciones que están a la vista de todos: cuando el entrenador hace nombres propios en una conferencia de prensa en el caso de un análisis sobre un rendimiento flojo de sus dirigidos, cae mal.
Lo propio sucedió con la famosa frase sobre Nacho Fernández como cerebro del equipo y su posterior salida del equipo titular. Válida desde el juego e insólita desde las formas que debe tener el principal responsable de llevar adelante a un grupo de jugadores con enorme trayectoria. Otro ejemplo, acaso insignificante para los hinchas, aunque de gran peso en el grupo fue que Jonatan Maidana, hoy totalmente lejos de competir por la titularidad pero indispensable por todo lo que representa para River, ni siquiera integrara la delegación en la revancha ante Inter.
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La falta de experiencia de Demichelis
"Lo más difícil es gestionar los egos de los futbolistas", me contestó Marcelo Gallardo en mayo de 2022, cuando en una conferencia le consulté que era lo más complicado para él como técnico. Me sorprendió. No esperaba esa respuesta. Con el tiempo, y viendo el panorama actual, comprendí la enorme importancia de esa reflexión. Es que a Demichelis, sin ánimo de que el siguiente punto de vista sea ofensivo, le falta experiencia para conducir al plantel. La Reserva de Bayern Munich no era parámetro en materia de administración de egos.
Con el crédito abierto desde lo futbolístico porque así lo dicen tanto la eficacia de puntos obtenidos como la categórica distancia que River les sacó a los demás equipos cuando se consagró campeón de la Liga Profesional, Demichelis atraviesa un momento complejo. Necesita lograr que todo el plantel esté alineado detrás de él. Y hoy parece una utopía.
Cualquier persona con ciertos conocimientos políticos sabe que la cena de la Fundación River iba a mostrar una cara opuesta a lo que realmente sucede puertas adentro. Y está bien, era la imagen que el club tenía que exhibir públicamente. Pero la verdad está en el día a día de Ezeiza, donde reestablecer los vínculos entre el DT y el plantel no será sencillo. Requiere de tiempo, si es que tiene solución. Y sobre todo de resultados favorables en lo inmediato para que nuevamente el mensaje de tirar para el mismo lado esté alimentado por los hechos.
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